lunes, 21 de octubre de 2013

Resultados

Estos meses estoy muy reflexiva. Cambiar algunos aspectos de mi personalidad siempre me ha preocupado, no puedo decir que haya sido del todo feliz hasta hace aproximadamente un año. Es duro decir eso,  me he casado, he tenido hijas, he vivido cosas muy alegres, todo lo que me rodeaba, cómo se configuraba mi vida era más que suficiente para ser feliz, pero el problema era yo. Me autoboicoteaba, había establecido una imagen de mi misma que no era cierta, llena de cosas malas y oscuras, y me dolía estar con las personas que me quieren, porque no podía entender por qué me querían. Hace aproximadamente un año muchas cosas cambiaron, desde la solidez de mi matrimonio D/s a abrir los ojos a conocerme de verdad, a valorar mis cualidades y potenciarlas al máximo.
Uno de mis mayores defectos y que siempre me han atormentado ha sido la falta de fuerza de voluntad. No era capaz de terminar muchas cosas, u obligarme a hacer las que menos me gustan. Este último mes me he sorprendido a mí misma organizándome, haciendo las cosas aunque no tuviera ganas, cumpliendo horarios... y he comprobado la satisfacción de dormirte más agotada que nunca, pero satisfecha de que ese día no podías haber hecho nada más. 
Y a qué se ha debido ese cambio, me pregunto. La respuesta es sencilla, es el fruto de la disciplina, de pequeña no la tuve y no entendía cómo podía eso cambiar a alguien. Ahora tras un trabajo duro de órdenes y castigos por parte de mi Amo, ya estoy domada, hasta este momento había podido ser obediente, cumplir las tareas que mi Amo me imponía por miedo al castigo, pero ahora eso se ha instaurado en mí, no temo castigos pues cumplo tareas que no me ha ordenado, pero adoro la recompensa del orgullo en su cara, de sus caricias mientras me dice lo contento que está conmigo. 
Desde pequeña me había empeñado en tratar de cambiar esas cosas yo sola, sin ayuda, y no conseguía lograrlo, y es que a veces necesitamos ayuda, aunque ésta sea molesta, o duela.
Y es aquí cuando me doy cuenta de que las personas que critican esta forma de vida se equivocan, quien viera a mi Amo azotarme por no haber recogido lo que me ordenó, podrían calificar la escena como maltrato y machismo, podrían pensar que ese hombre no me quiere nada, que me hace sufrir. Pero lo que hace a cada correazo es liberarme, hacerme cambiar, mejorar, concederme lo que he pedido, la ayuda que necesito. No es maltrato pues no me hunde el autoestima, me lo sube a niveles a los que nunca pensé que conseguiría llegar. Modifica conductas inadecuadas que a quién más daño hacen es a mí misma. Y Él ahora entiende porqué le suplicaba que lo hiciera, aunque Él me dijera, que no le importaba que yo fuera así, que no quería hacerme daño por no terminar algo, le gustaba yo, tal y como era. 
Desde hace aproximadamente un año, sabe que es necesario inflingirme castigos, sabe que lo hace por mí, que los azotes para Su placer están bien para el sexo, pero los castigos son otra cosa, es aguantarse las ganas de abrazarme cuando me ve llorar, las ganas de parar cuando suplico que no siga, es imponerse a los patrones establecidos en Su cabeza de que eso está mal. Pero lo hace porque sabe sabe que con ese dolor me demuestra su amor.

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